Diverged se inspira en la poesía de Robert Frost​ The Road Not Taken, que tiene conexiones con algunas teorías de Lacan en torno al inconsciente como la alteridad en comparación con la conciencia. De ahí la idea de representar dos caras de una misma personalidad: por un lado hay un acróbata, que se mueve perfectamente con la cuerda y encarna el instinto, asociado al arquetipo del Aire. Por otro lado, está la bailarina, moviéndose principalmente en el suelo para personificar la lógica y asociada al arquetipo de la Tierra. Ambos se miran el uno al otro, bailan al unísono: ¿quién es real y quién es el espejo? La homogeneidad del movimiento se transforma, se produce una evolución y cada uno manifiesta su propio camino. El impulso de los intérpretes hacia los espacios opuestos genera tensión, que aumenta para dar lugar a un conflicto que establece nuevos límites.